¿Podemos leer algo juntos?
Tenía 24 años y había probado ya la miel de la gloria el 9 de mayo de 1871... En esa fecha se estrenó "El Pasado", drama de su inspiración que recibió una buena acogida por parte del público. Además la crítica ya le había reconocido un sitio destacado como poeta. Rosario de la Peña fue la mujer que estuvo más íntimamente ligada a sus últimos años, fue el gran amor de su vida y según parece, pesó tanto en su ánimo que mucho tuvo que ver con su trágica muerte. De hecho, el atractivo de esta mujer queda reservado como uno de los misterios de la historia, pues fue ella la misma Rosario que despertó por igual la desesperada pasión de Acuña, el deseo de Flores, la senil adoración de Ramírez y el cariño devoto de Martí.
Los extremos poéticos de estos cuatro hombres de letras eran motivo de satisfacción y halago para ella, cuya casa era frecuentemente convertida en tertulia donde cada uno exponía sus nuevos versos, se hablaba y debatía de filosofía o de bibliografía. Manuel Acuña fue un apasionado de Rosario de la Peña. Su inmenso y desenfrenado amor por ella fue la causa, o al menos la razón mejor fundamentada, de que quedara trunca su existencia cuando ya en los círculos intelectuales era reconocido su genio, su calidad como escritor y nadie dudaba de su exitoso futuro.
¿Qué era lo que pasaba por su mente o por su atribulado corazón aquel 6 de diciembre de 1873? Es un secreto que se llevó a la tumba luego de ingerir cianuro de potasio para cortar su existencia. El cadáver del poeta, de cuyos cerrados ojos, se dice, estuvieron brotando lágrimas según él mismo lo había anticipado:
"como deben llorar en la última hora
los inmóviles párpados de un muerto"
Nocturno a Rosario
I
¡Pues bien! yo necesito
decirte que te adoro
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto
al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.
II
Yo quiero que tu sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías,
que ya no sé ni dónde
se alzaba el porvenir.
III
De noche, cuando pongo
mis sienes en la almohada
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho,
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.
IV
Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos,
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás,
y te amo y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho más.
V
A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y hundirte en mi pasión
mas si es en vano todo
y el alma no te olvida,
¿Qué quieres tú que yo haga,
pedazo de mi vida?
¿Qué quieres tu que yo haga
con este corazón?
VI
Y luego que ya estaba
concluído tu santuario,
tu lámpara encendida,
tu velo en el altar;
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta alla a lo lejos
la puerta del hogar...
VII
¡Qué hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo,
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos una sola alma,
los dos un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Dios!
VIII
¡Figúrate qué hermosas
las horas de esa vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida;
y al delirar en ello
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por tí, no mas por ti.
IX
¡Bien sabe Dios que ese era
mi mas hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
bien sabe Dios que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
bajo el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!
X
Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡Adiós por la vez última,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores;
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!
-Manuel Acuña
este gran poeta se quito la vida alos 24 años....
algo para pensar.
se que no es facil leer tanto pero si alguien lo hace, creo que encontrara atractivo este aporte.
Nocturno a Rosario es mi poema favorito si de amor se habla. gracias por su tiempo tan valioso.
Comments
Amigo mío.
¿Cómo no leer tan bella
y triste composición?
Es una pena que tanto talento
haya sido cortado de tajo, pero
así es el amor, le hace a hacer
a las personas muchas locuras,
así es el desamor.
Excelente aporte y un gusto enorme
acompañarlo en la lectura.
Saludos y mis mejores deseos.
! GRACIAS ! Por traer a este foro a este Gran Poeta; Aunque no me lo crean en la escuela Primaria " Miguel Ahumada" de mi Cd. Juarez querida, alguna vez lo recite; obviamente completo. Hoy desde "la alta" o "bajura" de mis mil "siglos" apenas si recuerdo algunos versos. Ah! como esta maravillosa VIDA>
Tu ProfeSimenB.
Manuel
Es muy interesante y triste a la vez
La vida de ese gran poeta,y es una
Pena,que empezando a vivir,se haya
Suicidado por el amor de esta musa
Que le inspiro tan bellos poemas.
Gracias por compartirlo.
Clara que si poedemos bueno ya lo leà todito... ñ.ñ, es existencia entretegida en el alma lo que se comparte de Manuel Acuña, el amor nos enloquese nos aturdes y nos ciega. Hermoso cada verso compartido.
Saludos!!
Besos!!
Solo Para Ti,
Siempre Roxan
Trotamun.. amigo:
Es un pesar profundo, saber que un poeta esta talla, se haya quitado la vida a los 24 años de edad, al leer sus lÃneas, no cabe duda del talento de sus letras, pero además de eso, el nombre sugestivo Nocturno a Rosario, donde hace una especie de plegaria a Dios (..hermos sueño)...Esa era mi esperanza, en esencia se nota una despedida un tanto trizte a la vida, como despidience del mundo externo e interno. Gracias por los portales q aportas para información e investigación, es un honor compartir su espacio.
Saludos cordiales