Factores que determinan el maltrato hacia los animales
Haciendo a un lado los factores que tienen que ver con tradiciones, la explotación animal con fines comerciales o de experimentación, cuyas razones son más claras aunque moralmente cuestionables, el maltrato hacia los animales en el entorno cotidiano debe representar un foco rojo a observar en la conducta de las personas.
De acuerdo con la psicóloga María de los Ángeles Griselda Yáñez García, coordinadora de Centro de Educación y Desarrollo Humano de la Universidaddel Valle de México Campus Querétaro (CEDH), el maltrato hacia los animales se puede dar por diversos factores y en diferentes etapas de la vida, la primera de ellas en la niñez:
“En los niños pequeños se da la curiosidad de conocer las reacciones de un animal al ser maltratado, y también es parte de los instintos que derivan en actos fallidos, es decir, hacer las cosas por travesura o por maldad.”
El maltrato hacia los animales a partir del periodo de la adolescencia
Sin embargo, a partir de la adolescencia, el maltrato hacia los animales puede ser un síntoma que está afectando la psicología del individuo:
“La persona que agrede a los animales pudo haber sido un niño maltratado o víctima de abuso, y no sólo en el sentido sexual, también físico o psicológico. En ciertas ocasiones los padres que son restrictivos, figuras autocráticas, castrantes que reprimen los impulsos naturales de sus hijos, llegan a generar en ellos tanta agresividad reprimida que éstos la canalizan o desahogan a través de la violencia a seres inferiores. Esta ya puede ser catalogada como una personalidad psicótica, que puede llevar al individuo a la agresión no sólo a los animales sino también hacia personas más débiles como son los niños o las mujeres. Se ha encontrado un estrecha relación entre personalidades delincuentes y el maltrato animal.”
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Factores que determinan el maltrato hacia los animales
Haciendo a un lado los factores que tienen que ver con tradiciones, la explotación animal con fines comerciales o de experimentación, cuyas razones son más claras aunque moralmente cuestionables, el maltrato hacia los animales en el entorno cotidiano debe representar un foco rojo a observar en la conducta de las personas.
De acuerdo con la psicóloga María de los Ángeles Griselda Yáñez García, coordinadora de Centro de Educación y Desarrollo Humano de la Universidaddel Valle de México Campus Querétaro (CEDH), el maltrato hacia los animales se puede dar por diversos factores y en diferentes etapas de la vida, la primera de ellas en la niñez:
“En los niños pequeños se da la curiosidad de conocer las reacciones de un animal al ser maltratado, y también es parte de los instintos que derivan en actos fallidos, es decir, hacer las cosas por travesura o por maldad.”
El maltrato hacia los animales a partir del periodo de la adolescencia
Sin embargo, a partir de la adolescencia, el maltrato hacia los animales puede ser un síntoma que está afectando la psicología del individuo:
“La persona que agrede a los animales pudo haber sido un niño maltratado o víctima de abuso, y no sólo en el sentido sexual, también físico o psicológico. En ciertas ocasiones los padres que son restrictivos, figuras autocráticas, castrantes que reprimen los impulsos naturales de sus hijos, llegan a generar en ellos tanta agresividad reprimida que éstos la canalizan o desahogan a través de la violencia a seres inferiores. Esta ya puede ser catalogada como una personalidad psicótica, que puede llevar al individuo a la agresión no sólo a los animales sino también hacia personas más débiles como son los niños o las mujeres. Se ha encontrado un estrecha relación entre personalidades delincuentes y el maltrato animal.”