Es probable que su ejecución haya sido posible porque su aire político se había agotado. Sus relaciones con los franceses y los ingleses eran insostenibles; los militares que peleaban en la Banda Oriental lo hacían responsable de todas las desgracias que les ocurrían; los poderosos terratenientes ganaderos no compartían su empecinamiento de continuar la guerra contra Brasil; los hombres de negocios le negaban los créditos y los caudillos provinciales no le tenían confianza, y más de uno lo veía como un rival político de cuidado.En realidad su fusilamiento fue el crimen politico mas lamentable de la historia Argentina.
Revolución del 1ro. DE DICIEMBRE DE 1828. La Logia Unitaria preparó un levantamiento revolucionario. Para este objeto buscó el apoyo de las tropas que regresaban de la Banda Oriental. Para dirigir la acción comprometieron al general Lavalle.
En la madrugada del 1 de diciembre las tropas de Lavalle y del coronel Olavarria ocuparon la plaza de la Victoria.
Dorrego abandonado por las pocas fuerzas adictas dejó la fortaleza y se dirigió a la campaña en procura del apoyo de Rosas. Un grupo de doscientas personas reunidas en la capilla de San Roque proclamo a Lavalle gobernador provisional por aclamación quedando disuelta la Junta de Representantes.
MUERTE DE D0RREGO. Dorrego por tanto se reunió en Cañuelas con Juan Manuel de Rosas para organizar la reacción desde la campana. Lavalle, enterado de los acontecimientos y con el fin de no dar tiempo a que se concretara la resistencia, delegó el mando polÃtico en Guillermo Brown y salió en busca de Dorrego. (imagen)
En relación con la suerte de Dorrego se produjo entonces una dramática lucha, mientras la facción unitaria, encabezada por Varela y Del Carril, incitaba a Lavalle a ejecutarlo como medio para terminar con la oposición federal, otros como Brown y los diplomáticos extranjeros acreditados en Buenos Aires, intercedÃan por su vida.
El 13 de diciembre de 1828 Lavalle ordenó el fusilamiento del derrocado gobernador adtimiendo toda la responsabilidad por tan trágica medida, Este hecho, que constituyó un grave error polÃtico y humano, provocó la reacción del interior: la Convención reunida en Santa Fe designó a Estanislao López comandante de las fuerzas que debÃan sofocar el pronunciamiento unitario.
López pronto retornó a Santa Fe. Dos factores provocaron esa actitud: el fracaso de las negoÂciaciones con Lavalle —quien prefirió pactar con Rosas-- la acción de Paz en el interior.
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Es probable que su ejecución haya sido posible porque su aire político se había agotado. Sus relaciones con los franceses y los ingleses eran insostenibles; los militares que peleaban en la Banda Oriental lo hacían responsable de todas las desgracias que les ocurrían; los poderosos terratenientes ganaderos no compartían su empecinamiento de continuar la guerra contra Brasil; los hombres de negocios le negaban los créditos y los caudillos provinciales no le tenían confianza, y más de uno lo veía como un rival político de cuidado.En realidad su fusilamiento fue el crimen politico mas lamentable de la historia Argentina.
Por perder en un motin Militar encabezado por Lavalle.,.,cuando era Gobernador de la Provincia de Buenos Aires en 1828
El fracaso de la tentativa unitaria para organizar el paÃs abrió un nuevo paréntesis en la vida nacional. La lucha de partidos e intereses, sangrienta a veces, caracterizo el panorama nacional por más de veinte años. Unitarios y federales fueron las divisas enfrentadas en esa lucha pero tras esa dualidad se ocultaron tantos matices que se hace muy difÃcil dividir la lucha entre dos bandos.
Para muchos historiadores modernos el enfrentamiento real es el protagonizado por los intereses de las provincias y los de la capital-puerto. Juan Manuel de Rosas es la expresión más acabada de esa confusión: su proclamado federalismo estará fuertemente influido por la defensa de los intereses locales. De cualquier manera. en torno a él se centra la lucha polÃtica en los años que van desde la tentativa unitaria de recuperar el poder (1828) hasta la batalla de Caseros
EL GOLPE UNITARIO
En 1828, desaparecido el poder central gobernaba en Buenos Aires Manuel Dorrego destacado jefe del federalismo local. Su polÃtica lo llevó a enfrentarse con los unitarios, quienes aprovecharon para sus fines el descontento reinante en el ejército.
Revolución del 1ro. DE DICIEMBRE DE 1828. La Logia Unitaria preparó un levantamiento revolucionario. Para este objeto buscó el apoyo de las tropas que regresaban de la Banda Oriental. Para dirigir la acción comprometieron al general Lavalle.
En la madrugada del 1 de diciembre las tropas de Lavalle y del coronel Olavarria ocuparon la plaza de la Victoria.
Dorrego abandonado por las pocas fuerzas adictas dejó la fortaleza y se dirigió a la campaña en procura del apoyo de Rosas. Un grupo de doscientas personas reunidas en la capilla de San Roque proclamo a Lavalle gobernador provisional por aclamación quedando disuelta la Junta de Representantes.
MUERTE DE D0RREGO. Dorrego por tanto se reunió en Cañuelas con Juan Manuel de Rosas para organizar la reacción desde la campana. Lavalle, enterado de los acontecimientos y con el fin de no dar tiempo a que se concretara la resistencia, delegó el mando polÃtico en Guillermo Brown y salió en busca de Dorrego. (imagen)
El 9 de diciembre las milicias de Dorrego fueron derrotadas en Navarro por los veteranos que mandaba Lavalle, Dorrego logró reunirse con Rosas, quien le propuso eludir un nuevo combate y buscar el apoyo del interior. Aquél no aceptó y traicionado por algunos oficiales fue entregado a Lavalle 10 de diciembre Rosas logró retirarse a Santa Fe
En relación con la suerte de Dorrego se produjo entonces una dramática lucha, mientras la facción unitaria, encabezada por Varela y Del Carril, incitaba a Lavalle a ejecutarlo como medio para terminar con la oposición federal, otros como Brown y los diplomáticos extranjeros acreditados en Buenos Aires, intercedÃan por su vida.
El 13 de diciembre de 1828 Lavalle ordenó el fusilamiento del derrocado gobernador adtimiendo toda la responsabilidad por tan trágica medida, Este hecho, que constituyó un grave error polÃtico y humano, provocó la reacción del interior: la Convención reunida en Santa Fe designó a Estanislao López comandante de las fuerzas que debÃan sofocar el pronunciamiento unitario.
Rosas —para quien la muerte de Dorrego significó alcanzar la jefatura de un partido al que se habÃa unido hacia muy poco tiempo— se incorporó al ejército de López.
LLEGADA DE PAZ. En enero de 1829 el resto de las fuerzas que habÃan combatido contra el Imperio arribó a Buenos Aires al mando de José Maria Paz, este se sumó a los unitarios y planeó con Lavalle las próximas operaciones. Trazaron asà un amplio plan de campaña: mientras el general Paz se dirigÃa sobre su provincia natal (Córdoba) para combatir a Bustos, Lavalle avanzarÃa con otra columna sobre Santa Fe. dejando algunas fuerzas de caballerÃa para dominar las montoneras que Rosas habla dejado actuando en la campaña de Buenos Aires.
DERROTA DE LAVALLE. La muerte de Rauch—encargado de esta última acción—, vencido por las montoneras, trastornó estos planes. Lavalle debió retroceder, viéndose perseguido por López y Rosas, quienes lo batieron en Puente de Márquez (abril de 1829). El jefe unitario quedó sitiado en la capital.
López pronto retornó a Santa Fe. Dos factores provocaron esa actitud: el fracaso de las negoÂciaciones con Lavalle —quien prefirió pactar con Rosas-- la acción de Paz en el interior.
PAZ EN CÃRDOBA: José Maria Paz fue un estratega de gran talenÂto. Honesto e inteligente, militó en el partido unitario, pero no dejó de señalar las fallas de sus correligionarios, al tiempo que su origen provinciano lo inclinaba hacia una polÃtica moderada.
El 27 de abril de 1829. en la hacienda de San Roque, derrotó al gobernador Bustos. su antiguo jefe en 1820, para ser proclamado a continuación gobernador de Córdoba. A partir de allà Paz fue la mayor preocupación para los caudillos federales: su éxito, su prestigio militar y su talento polÃtico le aseguraron una posición cada vez más sólida en el interior.
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