Uno de los mas breves cuentos de Borges, sino el mas, "El cautivo", ofrece al destinatario la posible solucion de un enigma, que es paradojicamente, imposible. El narrador-informador de este cuento plantea el enigma a partir de un sentimiento: querer saber cosas que no sabe. Pero esa relacion cognitiva en su dimension de incompletud que se establece con nitidez al final del cuento, tiene ya al comienzo momentos donde la elipsis o el saber no informar -en lo que Borges narrador y poeta ha dado incontables muestras de competencia- asoma como una propuesta operatoria.
En efecto, una de las reglas de interpretacion semiotica es el rastreo, en el texto, de otro discurso silenciado. Aunque el narrador, por su etimologia "el que sabe", informa en "El cautivo" sobre una historia que a su vez le fue referida, y presenta asi la fabula o argumento como si fuera un trasmisor de la misma, esta condicion le permite producir algunos efectos en el lector: la seguridad, desde el comienzo, de que hay puntos ocultos u oscuros en la trama ("la cronica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no se"), como obedeciendo a una retorica del realismo. Ademas de esta confesion por parte del informador, hay otros signos indicativos de la competencia cognitiva relativa que posee el narrador-informador, lo que a su vez, hace posible el uso de la imaginacion, la que, sustituto del no saber, se activaria en el narratario: "Ahi se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieron"; "Acaso a este recuerdo siguieron otros". Los indicios de duda, proveedores de imaginacion para el narratario, lo son a la vez para el narrador, y acompanan a los padres del chico, y aun al mismo chico, como en una especie de caja china: "les hablo de un indio de ojos celestes que bien podia ser su hijo"; "creyeron reconocerlo"; "Miro la puerta, como sin entenderla". Bien, ademas, se nos presenta como un enunciado a dos voces, como lo denomino Valentin N. Voloshinov, por un lado la voz del narrador, y por otro, la marca del indirecto libre "los que le refirieron".
En "Hombre de la esquina rosada" Borges permite al narrador homodiegetico tener el papel de informador, el saber para si y el saber para otro, que no es otro que Borges. En "El cautivo", si bien el narrador homodiegetico es el mismo narrador Borges, sujeto cognitivo que comunica saber al narratario, este sujeto cognitivo se ha apropiado con anterioridad del saber de otros narradores, cumpliendose en el la funcion de narratario que se ha apoderado de otro saber en cuanto lo designa el sintagma "refieren la historia". Hace luego una "restriccion de campo" en la focalizacion interna multiple (en el sentido de una pluralidad de observadores que lo preceden en el conocimiento de la historia que cuenta) y el narrador pareceria recurrir a una omision lateral o paralipsis, la que "presupone un narrador competente que sabe y puede no informar al narratario de lo que en principio deberia informarlo (Serrano Orejuela, "La focalizacion").
Si nos detenemos en el comienzo del texto, la imprecision geografica funda ya la relativa competencia cognitiva. En la ambiguedad de las coordenadas espaciales mencionadas como Junin o Tapalque queda presa la historia que se cuenta y la habilidad del narrador esta, justamente, en la destreza con la cual combina informaciones precisas e imprecisas. A continuacion del senalamiento de esta ambiguedad, se cuenta asertivamente que "un chico desaparecio despues de un malon", pero de inmediato vuelve la forma impersonal -tan utilizada por Borges- a dejar en la ambiguedad el motivo de la desaparicion: "se dijo que ...". Si desconocieramos el uso frecuente que hace Borges a lo largo de su obra narrativa de esta forma impersonal, podriamos considerarlo una afirmacion llana, pero muchas veces la utilizacion del verbo en forma impersonal agrega, o bien un signo de ironia o bien una manera de afirmar que denota falta de participacion en lo que se afirma o ajenidad en el testimonio. Podriamos preguntarnos que matiz tiene aqui y me inclinaria a interpretar esta forma verbal como un automatismo de escritor, que echa mano de una sonoridad coloquial personal (basta escuchar grabaciones del escritor o leer aquellos libros donde la coloquialidad, bajo la forma de las entrevistas, registra este modo de relatar) basada, con seguridad, en la lengua familiar (de la familia de Borges).
Tambien propia del discurso borgesiano es la manera de referirse al proceso que ha sufrido el chico al convertirse en hombre, olvidando la lengua natal: "El hombre, trabajado por el desierto y por la vida barbara ...". Esta breve informacion que da el narrador sobre el proceso de cambio, se centra exclusivamente en el adjetivo participial (trabajado, el paso de "el chico" a "el hombre") que, usual en Borges, sintetiza rapida y felizmente, el paso de los anos.
Por medio de un enlace de la historia con el discurso narrativo que le ha sido referido al narrador, se abren nuevas posibilidades na
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Uno de los mas breves cuentos de Borges, sino el mas, "El cautivo", ofrece al destinatario la posible solucion de un enigma, que es paradojicamente, imposible. El narrador-informador de este cuento plantea el enigma a partir de un sentimiento: querer saber cosas que no sabe. Pero esa relacion cognitiva en su dimension de incompletud que se establece con nitidez al final del cuento, tiene ya al comienzo momentos donde la elipsis o el saber no informar -en lo que Borges narrador y poeta ha dado incontables muestras de competencia- asoma como una propuesta operatoria.
En efecto, una de las reglas de interpretacion semiotica es el rastreo, en el texto, de otro discurso silenciado. Aunque el narrador, por su etimologia "el que sabe", informa en "El cautivo" sobre una historia que a su vez le fue referida, y presenta asi la fabula o argumento como si fuera un trasmisor de la misma, esta condicion le permite producir algunos efectos en el lector: la seguridad, desde el comienzo, de que hay puntos ocultos u oscuros en la trama ("la cronica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no se"), como obedeciendo a una retorica del realismo. Ademas de esta confesion por parte del informador, hay otros signos indicativos de la competencia cognitiva relativa que posee el narrador-informador, lo que a su vez, hace posible el uso de la imaginacion, la que, sustituto del no saber, se activaria en el narratario: "Ahi se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieron"; "Acaso a este recuerdo siguieron otros". Los indicios de duda, proveedores de imaginacion para el narratario, lo son a la vez para el narrador, y acompanan a los padres del chico, y aun al mismo chico, como en una especie de caja china: "les hablo de un indio de ojos celestes que bien podia ser su hijo"; "creyeron reconocerlo"; "Miro la puerta, como sin entenderla". Bien, ademas, se nos presenta como un enunciado a dos voces, como lo denomino Valentin N. Voloshinov, por un lado la voz del narrador, y por otro, la marca del indirecto libre "los que le refirieron".
En "Hombre de la esquina rosada" Borges permite al narrador homodiegetico tener el papel de informador, el saber para si y el saber para otro, que no es otro que Borges. En "El cautivo", si bien el narrador homodiegetico es el mismo narrador Borges, sujeto cognitivo que comunica saber al narratario, este sujeto cognitivo se ha apropiado con anterioridad del saber de otros narradores, cumpliendose en el la funcion de narratario que se ha apoderado de otro saber en cuanto lo designa el sintagma "refieren la historia". Hace luego una "restriccion de campo" en la focalizacion interna multiple (en el sentido de una pluralidad de observadores que lo preceden en el conocimiento de la historia que cuenta) y el narrador pareceria recurrir a una omision lateral o paralipsis, la que "presupone un narrador competente que sabe y puede no informar al narratario de lo que en principio deberia informarlo (Serrano Orejuela, "La focalizacion").
Si nos detenemos en el comienzo del texto, la imprecision geografica funda ya la relativa competencia cognitiva. En la ambiguedad de las coordenadas espaciales mencionadas como Junin o Tapalque queda presa la historia que se cuenta y la habilidad del narrador esta, justamente, en la destreza con la cual combina informaciones precisas e imprecisas. A continuacion del senalamiento de esta ambiguedad, se cuenta asertivamente que "un chico desaparecio despues de un malon", pero de inmediato vuelve la forma impersonal -tan utilizada por Borges- a dejar en la ambiguedad el motivo de la desaparicion: "se dijo que ...". Si desconocieramos el uso frecuente que hace Borges a lo largo de su obra narrativa de esta forma impersonal, podriamos considerarlo una afirmacion llana, pero muchas veces la utilizacion del verbo en forma impersonal agrega, o bien un signo de ironia o bien una manera de afirmar que denota falta de participacion en lo que se afirma o ajenidad en el testimonio. Podriamos preguntarnos que matiz tiene aqui y me inclinaria a interpretar esta forma verbal como un automatismo de escritor, que echa mano de una sonoridad coloquial personal (basta escuchar grabaciones del escritor o leer aquellos libros donde la coloquialidad, bajo la forma de las entrevistas, registra este modo de relatar) basada, con seguridad, en la lengua familiar (de la familia de Borges).
Tambien propia del discurso borgesiano es la manera de referirse al proceso que ha sufrido el chico al convertirse en hombre, olvidando la lengua natal: "El hombre, trabajado por el desierto y por la vida barbara ...". Esta breve informacion que da el narrador sobre el proceso de cambio, se centra exclusivamente en el adjetivo participial (trabajado, el paso de "el chico" a "el hombre") que, usual en Borges, sintetiza rapida y felizmente, el paso de los anos.
Por medio de un enlace de la historia con el discurso narrativo que le ha sido referido al narrador, se abren nuevas posibilidades na