¿Qué puedo hacer? necesito ayuda?

Soy una persona que nunca olvido, a mi las cosas nunca, NUNCA se me pasan, recuerdo cada cosa que me hacen y pienso en todo momento que NO perdono, que los perdone Dios porque yo nunca, y que si voy a ser condenada por eso, pues no tengo otro remedio que serlo, eso hace que mi vida sea aún peor, pero decir que los perdono sería algo falso, ya que va unido a mi ser sería como negar que las la tierra es redonda, es algo que definitivamente no puedo hacer pero esto afecta mi vida negativamente y no sé cómo sobrellevarlo

Comments

  • No te creas que eres la unica,son muchos, yo tambien pensaba asi y tal vez peor que tu ( era un demonio), mas Dios en su voluntad me acerco a El, y mi vida de rencores y odios se fueron, si a ti te gustaria cambiar tu forma de perdonar y hasta de vivir, cree en Dios, cree en su Palabra, acercate y pide sabiduria a El, veras que no es en tus fuerzas, ni en tu mente eso, es por que Dios limpia tu forma de vivir,mas como lo hace? Es algo que lo cambia sin que tu sepas como lo hizo, simplemente lo hace.

    Si me tienes confianza, puedes escribirme, yo te ayudare a guiarte para que puedas saber lo que tu dices, se feliz. este es mi correo [email protected].

    Dijo Jesus en el libro de Mateo cap. 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

    6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es.

    7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

  • Al que mucho ama mucho se le perdona... lo que me dice que vos no tenes amor.

  • Es normal que te sientas así. Hasta siervos fieles de Dios atravesaron por situaciones similares. Por ejemplo cuando Dios perdonó a Nínive, el profeta Jonás se enardeció en cólera, como menciona Jonás 4:1. En e libro de Hecho 15: 39 vemos que hubo un arrebato de cólera entre Pablo y Bernabé. Solo por citar dos ejemplos. Obviamente, ellos supieron luchar contra su imperfección, pues porque amaban a Dios, querían hacerle feliz, aunque esto implicara sacrificios.

    Mira, dice en proverbios 15: 15 que todos los días del afligido, son malos, pero el que es bueno de corazón tiene un banquete constantemente. Eso significa que nuestra mente juega un papel importante en nuestra conducta, estado de ánimo, y forma de actuar. En otras palabras si continuas pensando en el agravio, serás una persona afligida, llena de sentimientos negativos y malos todo el tiempo. Pero si sustituyes esos pensamientos con otros, no solo quitarlos de tu mente, si no sustituirlos. Por ejemplo, en este caso piensa en las cosas positivas de quien te haga el daño. Eso puede ayudarte a perdonar. Pero si no ves nada positivo. Entonces piensa en las veces que tú también has hecho cosas malas a otros, se una persona justa. Si aún la persona es tan negativa, que no compensa el daño a tus ojos. Entonces lo mejor será sustituir esos pensamientos, cada vez que se presenten, con otros, mantener la mente ocupada en otras cosas y evitar discutir o dirigirse a la persona envuelta con palabras o actos hirientes, que pueden empeorar la situación. Si los ánimos estan caldeados, lo mejor es evitar roses hasta que estos se enfríen.

    No es fácil. Al principio sustituir un pensamiento con otro puede ser un poco mecánico,y puede tomarte meses o incluso años. Pero con el tiempo tu mente y corazón se entrenará, y como menciona el proverbio que te cité, podrás tener un banquete constante.

    Pídele a Dios que te ayude, Ábrele tu corazón, Nadie como él te conoce y puede ayudarte. No sientas miedo ni te averguences de hablarle con sinceridad. Al fin y al cabo, él lo sabe todo.

    Hay mucho consejo en la palabra de Dios, y quiero dejarte este testo, para que medites , está en Filipenses 4 versículos 6 y 7 " No se inquieten por cosa alguna, si no que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús.

    Recuerda Proverbios 15:15 " todos los dias del afligido son malos, pero el que es bueno de corazón tiene un banquete constantemente"

    Ayudate, y lucha por tener un banquete constante. No te rindas.

    Al final recogerás el fruto de una mente y corazón que no será guiado por el odio, si no por el amor y la felicidad. Tu felicidad no depende de que te hagan o de que te rodea, si no de que tienes en la mente, y de como alimentes tu corazón.

  • No se trata de sobrellevarlo sino de solucionarlo.

    Un evento puede suponer un daño real material o un daño moral.

    Los daños materiales son evidentes: nos quitan o destruyen algo; nos ponen obstáculos, etc.

    Pero el daño moral tiene mucho de nuestro. Una cosa es la ofensa, insulto, desprecio, difamación, etc., y otra la reacción que nosotros producimos ante el hecho.

    Ciertamente lo externo escapa a nuestra voluntad la mayor parte de las veces (otras lo provocamos, permitimos, etc.) Pero lo interno sí depende de nosotros.

    Para poder manejar bien nuestro interior necesitamos desarrollar una capacidad de control a la altura de los hechos. Un niño no se sabe defender ni manejar un insulto y reacciona con ira explosiva o con llanto. La persona más madura capta el insulto pero puede no reaccionar, al menos en la misma forma descontrolada. Y puede incluso hacer caso omiso de lo escuchado.

    Por ejemplo, si me insultan puedo pensar: o me están diciendo la verdad, en cuyo caso debo aceptarlo aunque no me agrade; o me están diciendo una mentira y entonces no hago caso de ello.

    Hay un dicho que dice: "Si alguien te dice burro, no hagas caso; pero si son muchos, ve comprando el aparejo."

    El dominio de las emociones permite actuar a la capacidad de pensar. Pero muchas veces nos dejamos llevar por los sentimientos, sobre todo cuando los creemos "justos", y sentimos placer en dejarlos correr sin freno: "¡Hice un coraje ecuménico y sabroso! ¡Es que no hay derecho!"

    Lógicamente, los sentimientos y emociones son los que dan fuerza a nuestros actos. Por eso creemos falsamente que son los que deben mandar.

    En concreto, lo que te puede pasar es que fácilmente generas un resentimiento hacia quien te molesta u ofende. La memoria se encarga de hacer el "re-play" del suceso y el resentimiento se va convirtiendo en rencor. Si no controlas este proceso, se repite indefinidamente ("¿Qué crees que me pasó?" "¿Ya te conté lo que me hicieron?" "Estoy molesto, pero dime si no tengo razón") y el rencor se convierte en repulsión, aversión y odio. Claro que las repeticiones de las imágenes y sentimientos son el modo de fijarlas fuertemente en la memoria.

    El veneno generado aumenta cuando pensamos en el hecho y tratamos de "fundamentar" nuestra repulsión y odio: "¡Es que no puede ser!" En este momento el odio se convierte en una decisión de la voluntad, avalada por las "razones" (falsas, porque los sentimientos nunca serán razones). Y, si decidimos conscientemente hacer el mal (odiar) nos hacemos un tanto más malos. Por eso el resentido se siente mal aunque crea que tiene la razón.

    La solución es una: perdonar. Es muy difícil si miramos otra vez los hechos y las personas porque generamos odio una vez más.

    Otro proceso, con otra dificultad, es revisar con ánimo de rectificar las razones de nuestro odio, hasta llegar, por lo menos, a "explicar" (tal vez no justificar) el comportamiento ajeno, descargando la culpabilidad del agresor.

    Estos procesos requieren buena madurez de carácter y algo de ayuda (no complicidad) ajena.

    Para no alargarme más, te sugiero la receta de oro para quitarte el veneno del corazón y la memoria: perdonar por amor a Dios: la otra persona es también hijo de Dios y es amado por Él; y Dios quiere que nos amemos y perdonemos a los que nos ofenden, para ser nosotros perdonados.

    Esto supone dos cosas: amar a Dios y pedirle ayuda para estar dispuesto a dejar en manos de Dios el juicio de los actos de los demás.

    "El mal está presente, pero tú puedes vencerlo" dijo Dios a Caín.

  • PAULA: ¿CUÁL ES LA CAUSA DE NUESTRA INCAPACIDAD, PARA COMPRENDER Y PERDONAR A NUESTRO PRÓJIMO? Observemos en nuestra conducta los hechos y sus consecuencias:

    1° Debemos investigar, para poder saber que la causa de todo rencor, resentimiento, dolor moral, sufrimiento psicológico, etc., es uno de los Siete Pecados Capitales. Quien ya se arrepintió de su pecado de ORGULLO en sus vidas anteriores, actuará con HUMILDAD, o sea, no sentirá en su interior, ninguna de las emociones negativas antes mencionadas. Igualmente le sucederá, a quien se esté arrepintiendo -en esta vida- de sus pecados, los cuales se pueden identificar fácilmente, por la tentación con que cada uno genera.

    2° Debemos meditar antes de dormir, para poder comprender que lo que sentimos que nos duele cuando nos corrigen, critican o aconsejan, no es nuestra dignidad, honor, estima, buen nombre -o apellido-, buena reputación, buena fama, etc. Lo que sentimos que nos duele y que se ofende, a tal grado que nos impide pensar por nosotros mismos –reflexionar-, es el “egoísta apego/amor” que hemos desarrollado por nuestros pecados. El Yo Mismo, el Sí Mismo, ese Yo soy Así, etc., son otros “pecados/apegos” que hemos creado, y que nos hacen pensar que nosotros mismos somos así, y que no podemos cambiar; no solo, porque es algo imposible, sino porque significaría que dejaremos de ser personas, que moriremos como seres racionales; todo lo cual es falso.

    3° Si nos sentamos y cerramos la vista, con el noble propósito de recordar lo que hicimos y dijimos durante el día, podremos observar que no hicimos lo que nos habíamos decidido hacer, que no dijimos lo que nos habíamos propuesto decir, que perdimos en algún lugar un elemento o que se nos olvidó recoger algo nuestro, que repetimos los mismos hechos y palabras del día anterior o de hace ocho días, etc., en fin, podemos evidenciar por experiencia propia, que somos máquinas inconcientes, que no tenemos voluntad propia, independiente, autónoma.

    4° Al observar nuestros hechos y palabras en la pantalla de la mente, no existirá la menor duda de que somos esclavos de hábitos estúpidos, que somos víctimas de fuerzas desconocidas, que controlan nuestra atención esclavizando la conciencia, denominadas pecados, yoes, egos, defectos, vicios, etc. Toda esta basura mental o suciedad psicológica, debe ser barrida, limpiada, por la auto-observación diaria, para no volver a sentir dolor mental, rencor psicológico, deseos de justicia humana, ansias de venganza material, ganas de sangre o dinero, etc. Es natural, que quien se arrepienta, no vuelva jamás a repetir mecánicamente los mismos errores psicológicos y fracasos mentales, que le causan ese dolor y sufrimiento, que le impide perdonarse a sí y olvidar lo que no le gusta de su prójimo, obteniendo la paz de Cristo y el amor universal de Dios, TAL COMO DICE NUESTRO ANTERIOR COLABORADOR ALFREDO. Oremos.

  • La situación es que te confundes facilmente con los conceptos. Nos han dicho que perdonar es olvidar, pero es imposible olvidar algo, (cuando lo quieres olvidar más lo piensas). Cambiemos esta idea, no olvides, solo acepta las acciones o palabras que te dicen. Te daras cuenta que a pesar de lo que te dicen o hacen sigues con tu vida y por lo tanto puedes cambiar tus acciones o pensamientos si es necesario. Perdonar para mí es no dejar que te afecten las opiniones de los demas, pero siempre trata de buscar las lecciones que estas "malas acciones" te dejan algunas son rebuscadas pero cuando las descubres aprendes mucho. ¿Y como puedes aceptar para perdonar te preguntas? Bueno, así como has aceptado ser condenada y te ha traido negativismo, no creo que te sea difil que aceptes lo que pasa a tu alrededor, que tomes lo bueno y al descubrir lo bueno que ya no te afecten las acciones de los demas (porque sabes que leccion te dejan) y más si aceptar te traera paz a tu vida.

    Espero entiendas el mensaje. Perdonar no es olvidar, es descubrir la lección y enriquecer tu vida con esta.

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