alguien me puede dar algunos POEMAS DE AMOR.. EN EL RENACIMIENTO??
ME URGEE PLIZZ
Darree MUCHOSS PUNTOOSS
Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo
vos sola lo escribisteis; yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
Garcilaso de la Vega
GalerÃas del alma... ¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegrÃa de la vida nueva...
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre... Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.
*
Antonio Machado.
SONETO XIII
A Dafne ya los brazos le crecÃan,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecÃan.
De áspera corteza se cubrÃan
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raÃces se volvÃan.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacÃa
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada dÃa
la causa y la razón porque lloraba!
SONETO XXII
Con ansia extrema de mirar qué tiene
vuestro pecho escondido allá en su centro,
y ver si a lo de fuera lo de dentro
en apariencia y ser igual conviene,
en él puse la vista: mas detiene
de vuestra hermosura el duro encuentro
mis ojos, y no pasan tan adentro
que miren lo que el alma en sà contiene.
Y asà se quedan tristes en la puerta
hecha, por mi dolor, con esa mano
que aun a su mismo pecho no perdona;
donde vi claro mi esperanza muerta.
y el golpe, que os hizo amor en vano
non esservi passato oltra la gona
SONETO I
Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por dó me ha traÃdo,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino estoy olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido:
sé que me acabo, y mas he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello:
que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?
Los tres sonetos son de Garcilaso de la Vega
contigo mano a mano
busquemos otros prados, otros rios, otros valles floridos y sombrios en donde siempre pueda tenerte ante los ojos mios sin temor o sobre salto de perderte.....Garcilazo de la Vega.
De Gil Vicente:
CANCIÃN
Vánse mis amores, madre,
luengas tierras van a morar..
Yo no los puedo olvidar.
¿Quién me los hará tornar?
Yo soñara, madre, un sueño
que me dio en el corazón.
que se iban los mis amores
a las islas de la mar.
que me dio en el corazón:
Que se iban los mis amores
a las tierras de Aragón.
Allá se van a morar
y no los puedo olvidar.
LETRILLA
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Mas quiero vivir segura
n'esta tierra a mi soltura,
que no estar en ventura
si casaré bien o no.
dicen que me casé yo:
Madre, no seré casada
por no ser vida cansada,
o quizá mal empleada
la gracia que Dios me dio.
dicen que me case yo:
No será ni es nacido
tal para ser mi marido;
y pues que tengo sabido
que la flor ya me la só.
LOS AMORES DE LA NIÃA...
Los amores de la niña
que tan lindos ojos ha,
que tan lindos ojos ha.
Ay Dios, ¿quién los servirá?
Ay Dios, ¿quién los haberá?
Tiene los ojos de azor,
hermosos como la flor;
quien los sirviere de amor,
no sé como vivirá,
Sus ojos son naturales
de las águilas reales,
los vivos hacen mortales,
los muertos suspiran allá,
De Garcilaso de la Vega
SONETO V- ESCRITO ESTÃ EN MI ALMA VUESTRO GESTO
Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribistes, yo lo leo
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mà cuanto en vos veo,
Yo no nacà sino para quereros;
por hábito del alma misma os quiero;
cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nacÃ, por vos tengo la vida,
SONETO IX- SEÃORA MÃA, SI YO DE VOS AUSENTE...
Señora mÃa, si yo de vos ausente
en esta vida turo y no me muero,
paréceme que ofendo a lo que os quiero,
y al bien de que gozaba en ser presente;
tras éste luego siento otro accidente,
que es ver que si de vida desespero,
yo pierdo cuanto bien bien de vos espero;
y ansà ando en lo que siento diferente.
En esta diferencia mis sentidos
están, en vuestra ausencia y en porfÃa,
no sé ya que hacerme en tal tamaño.
Nunca entre sà los veo sino reñidos;
de tal arte pelean noche y dÃa,
que sólo se conciertan en mi daño.
SONETO XII- SI PARA REFRENAR ESTE DESEO...
Si para refrenar este deseo
loco, imposible, vano, temeroso,
y guarecer de un mal tan peligroso,
que es darme a entender yo lo que no creo.
No me aprovecha verme cual me veo,
o muy aventurado o muy medroso,
en tanta confusión que nunca oso
fiar el mal de mà que lo poseo,
¿qué me ha de aprovechar ver la pintura
de aquél que con las alas derretidas
cayendo, fama y nombre al mar ha dado,
y la del que su fuego y su locura
llora entre aquellas plantas conocidas
apenas en el agua resfrïado?
De Fray Luis de Leon:
AMOR CASI DE UN VUELO ME HA ENCUMBRADO...
Amor casi de un vuelo me ha encumbrado
adonde no llegó ni el pensamiento;
mas toda esta grandeza de contento
me turba, y entristece este cuidado,
que temo que no venga derrocado
al suelo por faltarle fundamento;
que lo que en breve sube en alto asiento,
suele desfallecer apresurado.
mas luego me consuela y asegura
el ver que soy, señora ilustre, obra
de vuestra sola gracia, y que en vos fÃo:
porque conservaréis vuestra hechura,
mis faltas supliréis con vuestra sobra,
y vuestro bien hará durable el mÃo.
De Luis de Gongora y Argote:
LA MÃS BELLA NIÃA...
La más bella niña
de nuestrto lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice
que escucha su mal:
Dexadme llorar,
orillas del mar...
Pues me diste, madre,
en tan tierna edad
tan corto el placer
tan largo el penar,
y me cautivastes
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad,
En llorar conviertan
mis ojos de hoy más
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden
mejor ocupar
yéndose a la guerra
quien era mi paz,
No me pongáis freno
Ni queráis culpar;
que lo uno es justo,
lo otro por demás.
Si me queréis bien
no me hagáis mal;
harto peor fue
morir y callar.
Dulce madre mÃa,
¿quién no llorará,
aunque tenga el pecho
como un pedernal,
y no dará voces
viendo marchitar
los más verdes años
de mi mocedad?
orillas
Yo no nacà sino para quereros
y cuanto yo escribo de vos deseo;
vos sola lo escristeis, yo lo leo
En esto estoy y estaré siempre puesto,
mi mal os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
por vos he de morir, y por vos muero.
Pues no por los puntos, esos daselos a otro.
Inicia con Ruben DarÃo, Antonio Machado.
Los demás llegarán por si solos.
Bless.
Gutierre de Cetina. Garcilaso de la Vega
http://www.filosofia.tk/versoados/renacimiento.htm
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Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo
vos sola lo escribisteis; yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
Garcilaso de la Vega
GalerÃas del alma... ¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegrÃa de la vida nueva...
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre... Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.
*
Antonio Machado.
SONETO XIII
A Dafne ya los brazos le crecÃan,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecÃan.
De áspera corteza se cubrÃan
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raÃces se volvÃan.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacÃa
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada dÃa
la causa y la razón porque lloraba!
SONETO XXII
Con ansia extrema de mirar qué tiene
vuestro pecho escondido allá en su centro,
y ver si a lo de fuera lo de dentro
en apariencia y ser igual conviene,
en él puse la vista: mas detiene
de vuestra hermosura el duro encuentro
mis ojos, y no pasan tan adentro
que miren lo que el alma en sà contiene.
Y asà se quedan tristes en la puerta
hecha, por mi dolor, con esa mano
que aun a su mismo pecho no perdona;
donde vi claro mi esperanza muerta.
y el golpe, que os hizo amor en vano
non esservi passato oltra la gona
SONETO I
Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por dó me ha traÃdo,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino estoy olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido:
sé que me acabo, y mas he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello:
que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?
Los tres sonetos son de Garcilaso de la Vega
contigo mano a mano
busquemos otros prados, otros rios, otros valles floridos y sombrios en donde siempre pueda tenerte ante los ojos mios sin temor o sobre salto de perderte.....Garcilazo de la Vega.
De Gil Vicente:
CANCIÃN
Vánse mis amores, madre,
luengas tierras van a morar..
Yo no los puedo olvidar.
¿Quién me los hará tornar?
¿Quién me los hará tornar?
Yo soñara, madre, un sueño
que me dio en el corazón.
que se iban los mis amores
a las islas de la mar.
Yo no los puedo olvidar.
¿Quién me los hará tornar?
¿Quién me los hará tornar?
Yo soñara, madre, un sueño
que me dio en el corazón:
Que se iban los mis amores
a las tierras de Aragón.
Allá se van a morar
y no los puedo olvidar.
¿Quién me los hará tornar?
¿Quién me los hará tornar?
LETRILLA
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Mas quiero vivir segura
n'esta tierra a mi soltura,
que no estar en ventura
si casaré bien o no.
dicen que me casé yo:
no quiero marido, no.
Madre, no seré casada
por no ser vida cansada,
o quizá mal empleada
la gracia que Dios me dio.
dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
No será ni es nacido
tal para ser mi marido;
y pues que tengo sabido
que la flor ya me la só.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
LOS AMORES DE LA NIÃA...
Los amores de la niña
que tan lindos ojos ha,
que tan lindos ojos ha.
Ay Dios, ¿quién los servirá?
Ay Dios, ¿quién los haberá?
Tiene los ojos de azor,
hermosos como la flor;
quien los sirviere de amor,
no sé como vivirá,
que tan lindos ojos ha.
Ay Dios, ¿quién los servirá?
Ay Dios, ¿quién los haberá?
Sus ojos son naturales
de las águilas reales,
los vivos hacen mortales,
los muertos suspiran allá,
que tan lindos ojos ha.
Ay Dios, ¿quién los servirá?
Ay Dios, ¿quién los haberá?
De Garcilaso de la Vega
SONETO V- ESCRITO ESTÃ EN MI ALMA VUESTRO GESTO
Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribistes, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mà cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nacà sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero;
cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nacÃ, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
SONETO IX- SEÃORA MÃA, SI YO DE VOS AUSENTE...
Señora mÃa, si yo de vos ausente
en esta vida turo y no me muero,
paréceme que ofendo a lo que os quiero,
y al bien de que gozaba en ser presente;
tras éste luego siento otro accidente,
que es ver que si de vida desespero,
yo pierdo cuanto bien bien de vos espero;
y ansà ando en lo que siento diferente.
En esta diferencia mis sentidos
están, en vuestra ausencia y en porfÃa,
no sé ya que hacerme en tal tamaño.
Nunca entre sà los veo sino reñidos;
de tal arte pelean noche y dÃa,
que sólo se conciertan en mi daño.
SONETO XII- SI PARA REFRENAR ESTE DESEO...
Si para refrenar este deseo
loco, imposible, vano, temeroso,
y guarecer de un mal tan peligroso,
que es darme a entender yo lo que no creo.
No me aprovecha verme cual me veo,
o muy aventurado o muy medroso,
en tanta confusión que nunca oso
fiar el mal de mà que lo poseo,
¿qué me ha de aprovechar ver la pintura
de aquél que con las alas derretidas
cayendo, fama y nombre al mar ha dado,
y la del que su fuego y su locura
llora entre aquellas plantas conocidas
apenas en el agua resfrïado?
De Fray Luis de Leon:
AMOR CASI DE UN VUELO ME HA ENCUMBRADO...
Amor casi de un vuelo me ha encumbrado
adonde no llegó ni el pensamiento;
mas toda esta grandeza de contento
me turba, y entristece este cuidado,
que temo que no venga derrocado
al suelo por faltarle fundamento;
que lo que en breve sube en alto asiento,
suele desfallecer apresurado.
mas luego me consuela y asegura
el ver que soy, señora ilustre, obra
de vuestra sola gracia, y que en vos fÃo:
porque conservaréis vuestra hechura,
mis faltas supliréis con vuestra sobra,
y vuestro bien hará durable el mÃo.
De Luis de Gongora y Argote:
LA MÃS BELLA NIÃA...
La más bella niña
de nuestrto lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice
que escucha su mal:
Dexadme llorar,
orillas del mar...
Pues me diste, madre,
en tan tierna edad
tan corto el placer
tan largo el penar,
y me cautivastes
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad,
Dexadme llorar,
orillas del mar...
En llorar conviertan
mis ojos de hoy más
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden
mejor ocupar
yéndose a la guerra
quien era mi paz,
Dexadme llorar,
orillas del mar...
No me pongáis freno
Ni queráis culpar;
que lo uno es justo,
lo otro por demás.
Si me queréis bien
no me hagáis mal;
harto peor fue
morir y callar.
Dexadme llorar,
orillas del mar...
Dulce madre mÃa,
¿quién no llorará,
aunque tenga el pecho
como un pedernal,
y no dará voces
viendo marchitar
los más verdes años
de mi mocedad?
Dexadme llorar,
orillas
Yo no nacà sino para quereros
Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribo de vos deseo;
vos sola lo escristeis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mà cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nacà sino para quereros;
mi mal os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nacÃ, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
Garcilaso de la Vega
Pues no por los puntos, esos daselos a otro.
Inicia con Ruben DarÃo, Antonio Machado.
Los demás llegarán por si solos.
Bless.
Gutierre de Cetina. Garcilaso de la Vega
http://www.filosofia.tk/versoados/renacimiento.htm