Desde el exterior hacia el interior podemos dividir la Tierra en cinco partes:
Atmósfera: Es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Tiene un grosor de más de 1.100 km, aunque la mitad de su masa se concentra en los 5,6 km más bajos.
Hidrosfera: Se compone principalmente de océanos, pero en sentido estricto comprende todas las superficies acuáticas del mundo, como mares interiores, lagos, ríos y aguas subterráneas. La profundidad media de los océanos es de 3.794 m, más de cinco veces la altura media de los continentes.
Litosfera: Compuesta sobre todo por la corteza terrestre, se extiende hasta los 100 km de profundidad. Las rocas de la litosfera tienen una densidad media de 2,7 veces la del agua y se componen casi por completo de 11 elementos, que juntos forman el 99,5% de su masa. El más abundante es el oxígeno, seguido por el silicio, aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio, titanio, hidrógeno y fósforo. Además, aparecen otros 11 elementos en cantidades menores del 0,1: carbono, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo, flúor, circonio, níquel, estroncio y vanadio. Los elementos están presentes en la litosfera casi por completo en forma de compuestos más que en su estado libre.
La litosfera comprende dos capas, la corteza y el manto superior, que se dividen en unas doce placas tectónicas rígidas. El manto superior está separado de la corteza por una discontinuidad sísmica, la discontinuidad de Mohorovicic, y del manto inferior por una zona débil conocida como astenosfera. Las rocas plásticas y parcialmente fundidas de la astenosfera, de 100 km de grosor, permiten a los continentes trasladarse por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y cerrarse.
Manto: Se extiende desde la base de la corteza hasta una profundidad de unos 2.900 km. Excepto en la zona conocida como astenosfera, es sólido y su densidad, que aumenta con la profundidad, oscila de 3,3 a 6. El manto superior se compone de hierro y silicatos de magnesio como el olivino y el inferior de una mezcla de óxidos de magnesio, hierro y silicio.
Núcleo: Tiene una capa exterior de unos 2.225 km de grosor con una densidad relativa media de 10. Esta capa es probablemente rígida y su superficie exterior tiene depresiones y picos. Por el contrario, el núcleo interior, cuyo radio es de unos 1.275 km, es sólido. Ambas capas del núcleo se componen de hierro con un pequeño porcentaje de níquel y de otros elementos. Las temperaturas del núcleo interior pueden llegar a los 6.650 °C y su densidad media es de 13.
El núcleo interno irradia continuamente un calor intenso hacia afuera, a través de las diversas capas concéntricas que forman la porción sólida del planeta. La fuente de este calor es la energía liberada por la desintegración del uranio y otros elementos radiactivos. Las corrientes de convección dentro del manto trasladan la mayor parte de la energía térmica de la Tierra hasta la superficie.
La corteza es la capa superior de la Tierra. Bajo los océanos es de aproximadamente 5 kilómetros de grosor, mientras que bajo los continentes puede llegar hasta 65 kilómetros de grosor.
Las placas que ajustan como piezas de un rompecabezas alrededor de la corteza de la Tierra, están compuestas por la corteza y la parte superior del manto. Juntas se les llama litosfera, y pueden extenderse hasta 80 kilómetros de profundidad.
Estas placas se mueven un poquito cada año a medida que se deslizan sobre una capa del manto llamada astenosfera. Esta capa puede ser empujada y deformarse, como la plastilina, y fluir debido al calor de la Tierra. La fluida astenosfera carga sobre sí la litosfera de la Tierra, incluyendo los continentes.
Es la capa mas interna del planeta se extiende desde los 2,900 km hasta el interior de la Tierra, situado a 6,321 km de profundidad media. El núcleo representa el 61% del volumen terrestre y el 31% de la masa planetaria.
El núcleo externo: se sitúa entre los 2,9000 y los 5,120 km de profundidad y, pese a las enormes presiones que soporta, se interpreta que debe encontrarse en estado lÃquido.
Se encuentra por debajo de la corteza y se extiende en la profundidad con un grosor aproximado de unos 2,865 km. Este conjunto rocoso presenta el 84% del volumen del planeta y el 69% de su masa total. En el manto se pueden distinguir dos partes:
El manto superior: tiene un espesor aproximado de unos 1000 km. En el manto superior se puede distinguir una capa llamada astenosfera
Es la capa más superficial y delgada. Su papel es fundamental en la dinámica de la tierra y en sostenimiento de la biosfera. En ella se distinguen dos conjuntos de distinto espesor y composición: la corteza oceánica y continental.
La corteza continental: cubre un 47% de la tierra y se encuentra a la vez, en las zonas emergidas del planeta y en las partes sumergidas de algunos continentes. Su grosor se sitúa entre los 25 y 70 km. Es mas profunda por debajo de las grandes cordilleras. Su estructura y composición son bastantes complejas
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Desde el exterior hacia el interior podemos dividir la Tierra en cinco partes:
Atmósfera: Es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Tiene un grosor de más de 1.100 km, aunque la mitad de su masa se concentra en los 5,6 km más bajos.
Hidrosfera: Se compone principalmente de océanos, pero en sentido estricto comprende todas las superficies acuáticas del mundo, como mares interiores, lagos, ríos y aguas subterráneas. La profundidad media de los océanos es de 3.794 m, más de cinco veces la altura media de los continentes.
Litosfera: Compuesta sobre todo por la corteza terrestre, se extiende hasta los 100 km de profundidad. Las rocas de la litosfera tienen una densidad media de 2,7 veces la del agua y se componen casi por completo de 11 elementos, que juntos forman el 99,5% de su masa. El más abundante es el oxígeno, seguido por el silicio, aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio, titanio, hidrógeno y fósforo. Además, aparecen otros 11 elementos en cantidades menores del 0,1: carbono, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo, flúor, circonio, níquel, estroncio y vanadio. Los elementos están presentes en la litosfera casi por completo en forma de compuestos más que en su estado libre.
La litosfera comprende dos capas, la corteza y el manto superior, que se dividen en unas doce placas tectónicas rígidas. El manto superior está separado de la corteza por una discontinuidad sísmica, la discontinuidad de Mohorovicic, y del manto inferior por una zona débil conocida como astenosfera. Las rocas plásticas y parcialmente fundidas de la astenosfera, de 100 km de grosor, permiten a los continentes trasladarse por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y cerrarse.
Manto: Se extiende desde la base de la corteza hasta una profundidad de unos 2.900 km. Excepto en la zona conocida como astenosfera, es sólido y su densidad, que aumenta con la profundidad, oscila de 3,3 a 6. El manto superior se compone de hierro y silicatos de magnesio como el olivino y el inferior de una mezcla de óxidos de magnesio, hierro y silicio.
Núcleo: Tiene una capa exterior de unos 2.225 km de grosor con una densidad relativa media de 10. Esta capa es probablemente rígida y su superficie exterior tiene depresiones y picos. Por el contrario, el núcleo interior, cuyo radio es de unos 1.275 km, es sólido. Ambas capas del núcleo se componen de hierro con un pequeño porcentaje de níquel y de otros elementos. Las temperaturas del núcleo interior pueden llegar a los 6.650 °C y su densidad media es de 13.
El núcleo interno irradia continuamente un calor intenso hacia afuera, a través de las diversas capas concéntricas que forman la porción sólida del planeta. La fuente de este calor es la energía liberada por la desintegración del uranio y otros elementos radiactivos. Las corrientes de convección dentro del manto trasladan la mayor parte de la energía térmica de la Tierra hasta la superficie.
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La corteza es la capa superior de la Tierra. Bajo los océanos es de aproximadamente 5 kilómetros de grosor, mientras que bajo los continentes puede llegar hasta 65 kilómetros de grosor.
Las placas que ajustan como piezas de un rompecabezas alrededor de la corteza de la Tierra, están compuestas por la corteza y la parte superior del manto. Juntas se les llama litosfera, y pueden extenderse hasta 80 kilómetros de profundidad.
Estas placas se mueven un poquito cada año a medida que se deslizan sobre una capa del manto llamada astenosfera. Esta capa puede ser empujada y deformarse, como la plastilina, y fluir debido al calor de la Tierra. La fluida astenosfera carga sobre sí la litosfera de la Tierra, incluyendo los continentes.
la litosfera
Núcleo:
Es la capa mas interna del planeta se extiende desde los 2,900 km hasta el interior de la Tierra, situado a 6,321 km de profundidad media. El núcleo representa el 61% del volumen terrestre y el 31% de la masa planetaria.
El núcleo externo: se sitúa entre los 2,9000 y los 5,120 km de profundidad y, pese a las enormes presiones que soporta, se interpreta que debe encontrarse en estado lÃquido.
El núcleo interno: Es sólido y en él las densidades aumentan hasta los 13g/cm3.
Manto:
Se encuentra por debajo de la corteza y se extiende en la profundidad con un grosor aproximado de unos 2,865 km. Este conjunto rocoso presenta el 84% del volumen del planeta y el 69% de su masa total. En el manto se pueden distinguir dos partes:
El manto superior: tiene un espesor aproximado de unos 1000 km. En el manto superior se puede distinguir una capa llamada astenosfera
El manto inferior: parece tener un a composición mas homogénea.
Corteza:
Es la capa más superficial y delgada. Su papel es fundamental en la dinámica de la tierra y en sostenimiento de la biosfera. En ella se distinguen dos conjuntos de distinto espesor y composición: la corteza oceánica y continental.
La corteza oceánica: se encuentra en el fondo de las zonas mas profundas de los océanos. Cubren un 53% de la superficie del planeta. Tiene un espesor que oscila entre los 6 y 12 km.
La corteza continental: cubre un 47% de la tierra y se encuentra a la vez, en las zonas emergidas del planeta y en las partes sumergidas de algunos continentes. Su grosor se sitúa entre los 25 y 70 km. Es mas profunda por debajo de las grandes cordilleras. Su estructura y composición son bastantes complejas
La astenosfera
es maleable y puede ser empujada y deformada, como la plastilina, en respuesta al calor de la Tierra. Estas rocas realmente fluyen; moviéndose en respuesta al estrés que les imponen los movimientos del interior profundo de la Tierra. La fluida astenósfera carga sobre sà la litosfera de la Tierra, incluyendo los continentes.